Belinda Revista Animal [Entrevista + Fotos Nuevas + Portada]

[Admin]

Napoleón Habeica, fotógrafo, pregunta a los editores con un tono que quiero interpretar como cierta inseguridad —lo siento, pero me reconforta—: “¿conocerá mi trabajo?” Cruzo mirada con él y hago un gesto que pretende decir “ni idea”. Silencio en el auto. Supongo que todos pensamos algo parecido: ¿será que esta joven “diva del pop latino” dará una buena sesión?, ¿qué tan lejos irá? o ¿será que los recientes escándalos que han circulado como plato fuerte en la prensa del corazón la han hecho aún más cautelosa? ¿Querrá ir de “niña bien” la intérprete del tema de “Niñas Mal”? ¿Entonces por qué habría aceptado este shooting con el reconocido fotógrafo de la publicidad notablemente sexual de American Apparel? Pero como siempre, habrá que esperar y ver.

Belinda trabaja desde los 11 años.A sus 21 lleva la mitad de su vida bajo los reflectores, una labor extenuante que incluso los escépticos del pop deben respetar. Su carrera debutó en telenovelas de Televisa, al igual que Gael García Bernal y Salma Hayek. Más adelante actuó en la serie Cheetah Girls 2 de Disney Studios, lo que hace inevitable la comparación con Britney Spears o Lindsay Lohan. A los 13 lanzó su primer disco, y este año está promoviendo un tercero, titulado Carpe Diem, que como Cristina Saralegui le dijo avisadamente durante una aparición en su talkshow, significa ¡Vivah el momento! en latín, a lo cual Belinda respondió con cara de “¿no-me-di-gas?” Además acaba de hacer un capítulo de Mujeres Asesinas para el cual interpretó adorablemente un clásico bolero.

Parece que Belinda ha tocado y se le han abierto las puertas correctas. Las estadísticas indicarían que no hay ya forma de que está chica dé un faux pas en su carrera, aun a pesar de que la prensa rosa insista en que un supuesto “video sexual” o unas “fotos sexys” podrían destruirla. Como dijo Andy Warhol, ideólogo quintaesencial de todo lo pop: “No prestes atención a lo que se diga de ti. Sólo mídelo en pulgadas”. Y lo que se ha dicho de Belinda ya mide, estoy segura, varias millas. Incluyendo algunos artículos en Internet que aseguran que es parte de la conspiración de los Illuminati y del New World Order para esclavizar al mundo hispánico.
Vaya usted a saber.
Entonces Belinda hace aparición. Saluda a todos educadamente y no en plan diva. Gizmo, su nuevo perrito chihuaha importado desde Hong Kong en brazos, pantuflas, sombrero, pants de tres rayas y una playera con la cara de un felino blanco impresa al frente. Es perfecta. Es una portada. Habéica se sale de sí, quiere tomar las fotos ya mismo. “Olvida el peinado y el maquillaje, te ves increíble”. Tiene razón. Beli, como la llama el séquito de manager, peinadora, maquillista y amigas que la acompañan, es una muñeca.
Pero ni de broma puede salir así. Esperamos. Peinado, maquillaje y vestuario. Sale Beli, la misma muñeca, pero por demás chapeada y pestañas que sorprenden por su espesura y largura. “¿Son reales?”, pregunto ilusa. “¿Tu que crees?”, responde retadora. Después de analizarlo no supe qué contestar. Silencio incómodo. “Perfecta forma de comenzar una entrevista”, pienso.
Habeica parece tenso y un tanto desilusionado. Hasta que salimos al jardín.



Comienza la sesión. Beli, quien aseguró no conocer el trabajo de Habéica hasta ese momento, logra desde el primer instante las poses de Barbie rota y abandonada en un suburbio norteamericano en los 70 que habíamos imaginado. Destella en ella una energía de niña combinada con la sensualidad de una mujer para quien no es nuevo su poder, se sabe bella, y sabe cómo verse aún más con cada toma.
No, no es una lolita. Una lolita no sabe lo que hace, experimenta, y parece que Belinda sabe perfectamente lo que está en juego aquí, es profesional. Su década de romance con las cámaras sale a la luz, shot tras shot posa y nos deslumbra. No es inhibida, todo lo contrario. Si se va a hablar de mí, pues que tengan de qué hablar, parece querer decir. Se arriesga. Para la segunda toma, en medio de un bosque oscuro donde lo único que nos alumbra es su vestido plateado que refleja el flash, se acuesta sobre la hojarasca, es ardiente. Su manager le advierte: “no tienes que hacerlo, tal vez hay bichos”. El flash se regodea. Ella replica: “no te preocupes, es mi idea, quiero hacerlo, se verá increíble”.
Júzguelo usted mismo.

Eugenia Correa (EC): ¿Cómo te sentiste en las fotos? Estuviste muy bien, sorprendente…
Belinda (B): La verdad no me da nada de miedo hacer cosas arriesgadas; al contrario, la gente no me conoce bien, pero a las personas que sí me conocen, ya no les sorprende tanto que siempre estoy con buena actitud hacia lo arriesgado. Me gusta lo que no es cotidiano o tradicional.
EC: ¿Por eso aceptaste una entrevista con ANIMAL?
B: Exacto.
EC: Me gustaría que me contaras cuál es tu primer recuerdo, ese que está al principio en los anales de tu memoria, antes de que Belinda fuera Belinda.
B: Siempre he sido amante de los animales. Me acuerdo mucho de que un día, cuando todavía vivía en España (llegó a vivir a México a los cuatro años), metí la mano a la jaula de un hurón y casi me arranca un dedo. Recuerdo no haber armado un escándalo, no haber llorado. Fue mi mamá la que se asustó, porque había sangre y mi dedo estuvo como un minuto en los dientes del hurón.
EC: Hoy que volteas a ese recuerdo, ¿cómo crees que te marcó?
B: Creo que he ido creciendo y perdiendo los miedos, eso es importante. No tengo miedo a perder, a fracasar, a levantarme, a caerme, a lastimarme.
EC: No tienes miedo a que te muerdan…
B: No tengo miedo a que me muerdan, regreso la mordida. Creo que los miedos son nuestro peor enemigo, nosotros podemos ser nuestro peor enemigo. He ido creciendo y perdiendo los miedos al rechazo, lo arriesgado, lo nuevo, lo diferente…
EC: ¿Has tomado alguna terapia para hacer un trabajo interior más profundo? Tus canciones a veces me hacen pensar en eso (LOL).
B: He hecho de todo: he ido con psicólogos, gente que te lee el futuro, el pasado, todo. Son mentiras. Pienso que lo que tienes que hacer es encomendarte a Dios y seguir tu instinto.
EC: ¿Cómo te pones en contacto contigo misma, con Belinda, o con las muchas Belindas, porque quizá no eres sólo una?
B: Todos tenemos diferentes personalidades, nuestro carácter se va forjando y va adquiriendo formas de protegerse, cosas que haces inconscientemente.
EC: ¿En qué circunstancias te has puesto que te hayan ayudado a descubrir esas distintas facetas de ti?
B: Estoy en ese proceso, creo que uno no termina de conocerse a sí mismo hasta que se muere. La vida es conocerse, es un proceso largo y difícil, pero te vas dando cuenta de tus capacidades, la capacidad que tienes de amar, de proteger.
EC: De estas capacidades, ¿cuál es la que más aprecias en ti?
B: Creo que una de las capacidades que más aprecio es que soy un poco naïve, y eso me gusta porque en este medio todos tienen muchas estrategias para lastimar, para hacer daño, para presentar las cosas de manera que se ven truqueadas, mal. No me doy cuenta de que la gente puede ser mala y cuánto daño puede hacer, eso está increíble porque aun me sorprendo de las cosas de la vida. (LOL).



EC: Sientes que no has sido dañada…
B: Siento que no he sido ma-leada. —Me corrige y me arrepiento de haber puesto palabras en su boca. Es obvia la diferencia.
Me doy cuenta de que estoy hablando con una joven justo en el umbral entre la adolescencia y la adultez. Belinda está en una búsqueda profunda de su ser acorde a su edad y época. Está tratando de definir su personalidad, gustos y creatividad rodeada de gente que, como yo, pone palabras en su boca. Por un segundo siento esa presión que pesa sobre sus hombros, de siempre ser observada. Aun si se ha puesto “voluntariamente” en esa circunstancia desde los 11 años —nadie te obliga a estar en Twitter y entretener a 300 mil seguidores— el peso no se vuelve menor. Siento miedo y admiración por ella.
EC: Tengo genuina curiosidad. Empezaste en esto a los 11 años. ¿Alguna vez dudaste si querías hacer esto por el resto de tu vida? Los demás siempre dudamos mucho de lo que “vamos a ser o hacer cuando seamos grandes”, tal vez porque no teníamos un talento especial, pero ¿no te hubiera gustado que a esa edad se abriera toda la baraja de posibilidades para que estudiaras otras cosas, en serio, darte el beneficio de la duda?

B: Duda no. Supe desde un principio que esto es lo que me gusta. Las dudas te matan. Me ha pasado que he perdido la paciencia hasta decir ya no puedo, es demasiado, porque me desespera que a veces lo que trato de expresar no se entiende. Es como cuando ves una pintura y le preguntas a alguien: “¿qué ves?” y esa persona te dice algo completamente diferente a lo que tu creías. Cada quien puede interpretar la pintura como quiera, pero siento que al final todas las personas tendrían que llegar a ese punto de profundidad.
EC: ¿Entonces qué crees que no entendemos, a tu música, a ti…?
B: Quién soy yo. Por ejemplo, la gente me interpreta como la Lindsey mexicana, la Britney mexicana, la parrandera, la que sale, la que se… (no termina la frase). Cuando en realidad no tienen ni ***** idea de quién soy en verdad. No saben que soy muy rara haciendo amistades, que soy una persona bastante sola, que me gusta estar en mi mundo, escribiendo, que casi no me gusta salir, que soy extremadamente sensible, que soy muy perfeccionista… tantas cosas que la gente no se imagina y sólo por verme físicamente o por verme en tal lugar, se hacen una historia completa de quién es Belinda.

EC: De tus canciones, cuál es más tú…
B: “Amiga soledad” me gusta mucho.
Recuerdo la canción “…la gente es lo que no ves, detrás de la verdad hay algo más…” Comprendo qué quiere decir, es un sentimiento joven, de ahí que se comunique tan bien con sus fans.
EC: ¿Consideras que alguien puede ser auténtico?
B: Creo que todos tenemos un punto de autenticidad en algún momento, cuando estamos solos y nadie nos ve o cuando hablamos sin pensar en lo que decimos. Pero creo que en pocos momentos se logra ser auténtico. En una buena plática se puede, yo por ejemplo ahora estoy siendo auténtica, pero tal vez en una hora no lo sea más, porque a lo mejor me encontraré a alguien que tengo que saludar por compromiso y lo voy a saludar, pero en el fondo no tengo tantas ganas. Ahora estoy siendo totalmente auténtica…
EC: ¿Alguien conoce a la verdadera Belinda, o a las verdaderas Belindas?
B: Sí.
EC: ¿Quién?
B: Mi familia… Mis fans también me conocen, porque en el escenario soy muy yo. Ahí es donde soy más yo que en cualquier otra parte. Es donde realmente puedo expandir lo que soy a una magnitud impresionante, y no me da miedo. Me siento con el poder de expresarme.
Presenciamos en tiempo real la lucha que está librando para ajustar la frontera entre quien es personalmente y quien quiere ser frente a los medios y fans. Aun no llega a acuerdos, quizá nunca lo haga. La verdad es que no me está platicando, está trabajando. A sus 21 años conoce, quizá mejor que yo a mis 30, lo que es ser un profesional 24/7. Conoce tanto el sacrificio como el beneficio de ser una imagen, una marca, una persona-corporación. Seguimos rodeadas de su selecto séquito, pero nadie dice nada. Beli está haciendo lo que hace mejor, ésta es una más de las miles de entrevistas que ha hecho, de las miles que le esperan. Hay una madurez diferente en eso que me hace sentir muy naïve, pero no sé si, como Beli, puedo apreciar esa faceta mía.
EC: Tu misma hiciste hace un rato la relación, y aunque a veces son comparaciones necias, son inevitables. Hablan de ti como la Lindsay o la Britney mexicana. ¿Sientes que tienes algo que ver con ellas?
B: Para nada, tal vez nos comparan por la edad, o por…
EC: ¿Las conoces?
B: No las conozco y por eso no puedo hablar mucho, pero sí te puedo decir que soy fan de sus carreras. Lindsay empezó desde muy chiquita, es hermosa, tiene una cara divina, y no es su culpa que se haya perdido en el mundo, pero eso no le quita el talento.



EC: Tú ahora estás arriba, sé que has tenido tus altas y bajas con la prensa, pero sigues arriba. ¿Desde ahí cómo se ve el abismo, qué tiene que pasarte para estar allá en la cima y luego terminar en la cárcel o algo así?
(Silencio).
B: Creo que se perdió en ella misma, se dejó de conocer, se dejó de interesar por sí misma, pero va a recuperarse pronto, estoy segura.
Con tanta juventud, hermosura y talento, esto no es más que una caída, tiene todo por delante.
EC: ¿A ti no te da miedo eso de que puedas olvidarte de ti, de que llegue un punto en que te des tanto a tu público, a tus fans, que te pueda pasar algo así?
B: ¡Ay, no me da miedo! Porque algo aprenderé, y todo en la vida es aprendizaje. De todas las cosas que te pasan, aprendes. Te puedes caer y te vuelves a levantar, y qué increíble que le haya pasado, o que me haya pasado, o que a cualquiera le pase ahora, mejor que después, cuando sea irremediable.

EC: Es mi interpretación, pero de repente siento que a la gente, al público, nos gusta crear ídolos para luego verlos caer. ¿Crees que eso está pasando?
B: A mí no me gusta ver caer a mis ídolos. Me choca eso, la gente que es así, que le gusta eso, no está padre. Me gusta ver a las personas felices. Soy fan de Madonna y nunca la hemos visto caer y no la quiero ver caer. Me gusta que estén bien porque me siento identificada con ese artista musical, creativa o espiritualmente, es una fuerza verme reflejada en ellos, y verlos caer no me gusta.
EC: Entonces, ¿a qué atribuyes que a la gente le guste tanto la prensa rosa, el chisme, tal cual?
B: En eso soy muy inexperta. Soy cero de ver revistas de chismes, las únicas revistas que compro son de arte o Elle, Vogue, ANIMAL... (LOL). Pero yo que estoy en esto no soporto los chismes, no me gusta hablar mal de las personas. La envidia es el peor sentimiento. No entiendo por qué a la gente le gusta eso, ver caer a los demás…
EC: ¿Cómo quieres ser recordada cuando nadie de los que estamos aquí sigamos vivos?
B: Es una pregunta complicada. Es fuerte pensar en cuando ya no estés, cómo quieres que la gente te recuerde. Me gustaría que me recordaran como lo que soy, una chica normal, un ser humano que se equivoca y que se levanta, que trata siempre de dar el mejor ejemplo a sus fans y que siempre ayudó a otros. Precisamente por eso estoy haciendo el 16 (de diciembre) un concierto para ayudar a los niños con cáncer. Es increíble poder ayudar, y quiero hacerlo lo más que pueda.
EC: Último libro que leíste:
B: El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, que me encanta.
EC: Última película:
B: Impresionante, La Pontífice.
EC: La canción más escuchada en tu iPod:
B: Uy, Claire de Lune de Debussy, Billie Holiday, Edith Piaff, me encantan sus voces tan particulares.
Me despido y ella regresa a hacer fotos. Habeica dice que aún le faltan algunos shots para estar seguro del material. Entonces recuerdo que olvidé una pregunta encargada expresamente por los editores. La busco y sigue trabajando. En un tapete rojo y un escenario de kitsch incidental, Beli, las cuatro extremidades sobre el piso, posando como si no hubiera un mañana.
“Perdona”, le digo, “olvidé una pregunta, ¿qué animal eres?”
“Un león”, responde sin chistar.
“¿León?”, repito.
“Sí, león. No leona, la leona sale a cazar, el león es el rey de la selva, está solo ahí, majestuoso, protege a su manada. “
Habeica dice, algo molesto por la interrupción, “o-bvio”.
La volteo a ver una última vez, y sí… fue obviedad. Está sola ahí, sobre cuatro patas, desafiante, los ojos brillantes, la melena majestuosa. Otra vez disfrutando de esa relación que sólo algunos privilegiados logran con las cámaras.
Cuando estoy a punto de salir, agrega: “aunque tal vez sería un búho, o un águila, que es el ave que a más altura soporta volar.” Pienso: “demasiadas opciones para alguien que no tiene dudas. En fin, a los 21, uno puede ser casi lo que quiera ser, caerse y volverse a levantar. Tiene todo por delante.”
“Suerte”, le digo. “Igual”, responde, y no sé por qué, pero en el fondo siento que yo la voy a necesitar más que ella. ¿O no? No miro atrás. It’s a wrap.

[cinvb27]

woow, gracias x la nota y las fotos

[Iria16]

Interesante entrevista!

[Admin]

a mi también me fascino la entrevista

[Contenido patrocinado]